"Juro por mí que sólo fui por un café...(8)"

Hacía tiempo, mucho tiempo que no veía a un buen amigo. 
Así como conversamos caminamos. 
Sin querer olvidé hacerle una diligencia a mi padre...
Entramos a una librería, muy antigua, y me sorprendió la cantidad de almas que había allí dentro.
Digo almas porque, cuando un objeto te pertenece, bien sea un libro, una pintura, un álbum de fotos
y hasta un grupo de 7 latas vacías de cerveza, esa materia se llena de energía. 
Imagínate cuántos años tiene ese vaso...
Cuántos gritos, risas, llanto, y demás emociones ha experimentado el tapiz que está en la sala de estar
O cuántas veces le han pasado el trapito, al cuadro del Tío Francisco que está sobre la chimenea.
Caminando por hileras e hileras, estantes llenos de recuerdos, vi la oscuridad, vi el recuerdo, 
vi pasar los años. 

-"Un café, y que sea grande, por favor"
-"¿el joven desea algo?
-"Sí, un mocaccino, por favor"

Necesito dibujar, tengo una idea demasiado abstracta en mi mente...
Hablando y hablando, te veía y hacía trazos...
Me la imaginaba a ella...
Jadeando...
-"NO!" 
-"No qué?"
-"No, nada... "

Sinceramente no esperaba que mi amigo me dijera que soy una perturbada. 
Sólo le contesté que un cineasta a pesar de tener una vida deseada, con sus dos padres
amorosos, la esposa perfecta, los lujos... Reflejaba en sus películas lo contrario.
El desgarre total de su alma perfecta, o perfectamente imperfecta...
Lo maravilloso tornándose asqueroso. 
¿De dónde salió tanta morbosidad?
-"¿Qué estaba pasando por tu mente en ese momento?, no quiero saber nada de eso"

Me miraba fijamente, como si tuviera algún tipo de problema.

-"Quiero hacerte una pregunta, pero... trato de dar con las palabras adecuadas... 
Eso le pasa a las mujeres cuando... Cuando..."
-"Cuando, ¿qué? ¿se masturban? ¿se rompen? ¿Les viene el período?
-"No, no, cuando, no sé cómo explicártelo..."

Y efectivamente... no supo, y yo seguía sin entender.

Te pido disculpas ya que de cierto modo quería tener una intimidad 
de sentimientos contigo. No algo de besos, caricias, sencillamente una apertura
de mi mente que fuese conducida muy bien por mis palabras, o quizás por lo que quería
que me dibujaras...pero bah...


Aquella tarde en la que fui por primera vez a tomar una taza de café...
Aquella vez que entré por primera vez en ese local... 
Aquella vez que por fin acepté una invitación y que fui puntual, sin embarcarte...
Aquella vez que desde hace años no me leían un libro...
Descubriste una parte de mí.
Y ahora te pregunto 
¿Te asusto? 

No tienes idea de cuánto te extraño...

¿Reinas o Reyes?

  
 

Folio lleno de recuerditos